viernes, 3 de diciembre de 2010

- No quiero que seas parte de mi rutina - Y es esa mirada, la que me hace suponer que estoy hablando en una lengua completamente desconocida, o él es definitivamente disléxico. - No quiero depender de tu llamado todas las noches antes de dormir, no quiero necesitar tu voz para soportar el insomnio. Porque tal vez, es lo que más quiero en todo este estúpido mundo - Suspiré.
Sé, perfectamente, cuanto me interesa. Para Saddie Bourmont, la rutina siempre significó una adicción en la medida justa. Y nunca voy a admitir que mi rutina sería otra, si esa voz fuera otra, si ese insomnio no existiese, si  Graver Summers fueran únicamente dos palabras. No lo quiero en mi rutina, porque soy adicta a ella, y dentro de mi mente ya puedo sentir la obsesión.

freewriter-

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